Surgen posibles motivos de la masacre de Orlando
Mientras miles de personas lloraban a las 49 víctimas de la matanza en un club nocturno gay, investigadores federales estudiaban los posibles motivos que impulsaron al autor de la peor masacre de la historia moderna estadounidense.
La Casa Blanca y el FBI dijeron que Omar Mateen, un musulmán estadounidense de 29 años, parece ser un «extremista local» que había expresado apoyo tanto al Estado Islámico como a otros grupos extremistas.
«Hasta ahora no vemos indicios de que fuera un plan dirigido desde afuera de Estados Unidos ni vemos indicios de que formara parte de una red», dijo el director del FBI James Comey el lunes. Dijo que evidentemente Mateen fue «radicalizado» en parte al menos a través del internet.
A pesar de la adhesión jurada de Mateen al grupo Estado Islámico, surgieron otras explicaciones posibles. Su exesposa dice que padecía trastornos mentales. Su padre, un inmigrante afgano, insinuó que podría haber perpetrado la masacre por odio a los gays y que se enfureció recientemente al ver a dos hombres besarse en la calle. Pero también es posible que tuviera conflictos debido a su propia sexualidad.
Jim Van Horn, de 71 años, dijo que Mateen era un «habitué» del club nocturno Pulse donde tomaría rehenes y mataría a 49 personas.
«Venía a tratar de conseguir pareja. Hombres», dijo Van Horn a la Associated Press el lunes por la noche frente a Parliament House, otro club gay.
Van Horn, farmacéutico jubilado, dijo que conoció a Mateen, quien solía hablar sobre su exesposa. Pero añadió que sus amigos «me dijeron que no era conveniente que hablara con él porque les parecía una persona extraña».
Van Horn reconoció que no conocía bien a Mateen, pero sospecha que el motivo de la masacre no fue el extremismo islámico sino los conflictos en torno a su sexualidad.
«Me parece posible que estuviera luchando con sus propios demonios, tratando de despojarse de su furia hacia la homosexualidad», dijo Van Horn, que sufrió la muerte de tres amigos en la masacre. «Estoy muy confundido. Uno no puede cambiar lo que es. Pero si trata de fingir que es otra cosa, tal vez salga a los tiros en un bar gay».