Síntomas de esteatosis hepática (hígado graso)

Popularmente conocida como hígado graso, la esteatosis hepática, relacionada con el consumo de alcohol, consiste en una acumulación de triglicéridos en el hígado. Con el debido tratamiento se puede revertir.

Escrito por María Dolores Tuñón, Licenciada en Medicina por la Universidad de Alcalá de Henares

Revisado por Dr. José Antonio Nuevo González, Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Síntomas de hígado graso

El dolor abdominal, la pérdida de apetito o la diarrea, son algunos de los síntomas inespecíficos que pueden sufrir los pacientes con hígado graso.

Los pacientes con esteatosis hepática suelen presentar una serie de síntomas inespecíficos como:

Dolor abdominal. No se describe como un dolor intenso, pero sí como una molestia constante localizada en la región derecha del abdomen y en la zona de la boca del estómago. Suelen aquejar plenitud con las comidas incluso ligeras.

Vómitos.

Pérdida de apetito.

Diarrea.

Pérdida de peso.

Somnolencia.

Astenia.

Sin embargo, hasta en un 30% de los casos, el paciente se encuentra totalmente asintomático. En estos casos, la esteatosis hepática se descubre gracias a algún análisis casual solicitado por el médico de cabecera, o por cualquier otra consulta. También puede iniciarse el estudio porque el médico haya palpado un aumento del tamaño del hígado en la exploración del abdomen, hecho que ocurre en más de la mitad de los casos.

En los casos en los que la causa sea el alcoholismo, el enfermo despide un intenso olor a etanol y puede presentar rojez facial y ocular, excitación, temblor o, incluso, una intoxicación etílica evidente. Suele tener aumento del tamaño de las glándulas parotídeas (delante de las orejas, sobre la rama mandibular), así como presentar telangiectasias en la región de la nariz y en los pómulos. Es frecuente observar un aumento del perímetro abdominal con venas muy notables bajo la piel del vientre, e incluso una pequeña hernia umbilical en casos avanzados.

En pacientes más graves pueden observarse dolores intensos en la zona superior del abdomen y desarrollar incluso una insuficiencia hepática aguda. Si la enfermedad evoluciona en el tiempo, sin tratamiento, puede acabar apareciendo carcinoma hepatocelular, cirrosis y hepatitis fulminante. En estos casos puede entonces haber ictericia y una pérdida generalizada de masa muscular, pero con un abdomen muy prominente que asocia frecuentemente la presencia de líquido (ascitis).