Las aves en pie de guerra contra Estados Unidos

Agencia Mexicana de Noticias (AMN).- En 1568, el navegante español Álvaro de Mendaña descubrió el atolón Wake, un rincón perdido en medio del océano Pacífico, que se ubica a 3 mil 700 kilómetros al oeste de Hawái, y que durante la Segunda Guerra Mundial fue devastado por bombarderos norteamericanos y japoneses.

Desde entonces, la pequeña isla del atolón Wake ha sido el refugio de miles de aves, que van desde pájaros, patos, garzas, albatros de Laysan, rabihorcados grandes, estas dos últimas con dos metros de envergadura y hasta 5 kilos de peso.

El atolón apenas cuenta con 4.4 kilómetros cuadrados y está dividido en tres islas que forman una U sobre un volcán submarino.

En el atolón, los japoneses y norteamericanos libraron rabiosamente batallas que durarían más de una semana, y cada centímetro sería bombardeado hasta no quedar un ser vivo.

Una vez que EEUU expulsó de ahí al ejército japonés se dio a la tarea de construir en la isla más grande un aeropuerto militar que ocupa 3 kilómetros cuadrados, y aunque las instalaciones de ese aeropuerto sólo sirven como base militar, el ejército yanqui libra una guerra sin cuartel no con los japoneses, chinos, coreanos o alguna otra nación asiática, sino con las aves, que desde 1985 a la fecha le han derribado al Tío Sam 27 aeronaves y provocado la muerte de 36 personas, según datos de Ted Wilkens, miembro del servicio especializado de la Fuerza Aérea de EEUU.

Un documento oficial de 2005 de la Fuerza Aérea registra por lo menos 4 mil colisiones al año y pérdidas de 25 millones de dólares anuales.

Tristemente, nadie documenta o lleva un registro sobre la muerte de las aves. A los gringos les interesa más sus millones de dólares que la depredación de la fauna.

¿Pero quién le manda al ejército norteamericano “meterse en terreno barrido”, como dijera Pancho Villa, o en terreno ocupado por ejércitos y más ejércitos de aves que vuelan sin control y para aterrizar no necesitan pedir pista a ninguna torre de control y menos son partidarias de chacotear con pilotos de la Fuerza Aérea Norteamericana?

Recordaré al ejército norteamericano y a los papas fritas de los yunaites algo que es filosofía pura del escritor uruguayo Eduardo Galeano cuando del mundo de las aves escribía: “En los días, los guía el sol. En la noche, las estrellas. No pagan pasaje, y viajan sin pasaporte y sin llenar formularios de aduana ni de migración. Los pájaros, los únicos libres en este mundo habitado por prisioneros, vuelan sin combustible, de polo a polo, por el rumbo que eligen y a la hora que quieren, sin pedir permiso a los gobiernos que se creen dueños del cielo”.

Sin duda que el ejército norteamericano está pagando muy caro sus errores y su soberbia por apoderarse de cualquier lugar del mundo habitado por el reino animal.

Dicen los yanquis que permanentemente están espantando a las aves en el atolón, pero éstas lejos de que se vayan, se multiplican.

Aquí los verdaderos enemigos no son las aves, sino las aeronaves militares del país más poderoso de la Tierra, que so pretexto de erigirse el policía del mundo ha invadido el nido de las aves libres.

Amable lector y respetado radioescucha sea usted el supremo juez, ¿quiénes deben salir del atolón, las aves libres o los aviones militares yanquis? ¿Quién ganará la guerra en el atolón Wake?