(Igual que en México) Plan Colombia fue una catástrofe humanitaria

(LG) Un país asolado por el narcotráfico y la corrupción, que preocupa a Estados Unidos porque es el destino de las drogas que se producen en su territorio, por lo cual decide intervenir para detener el tráfico de estupefacientes gracias a un programa de “ayuda” en el que se coordina con las fuerzas militares de dicha nación para detener a los cárteles del crimen organizado. Ese fue el guión del Plan Colombia, muy parecido al que se utilizó en la Iniciativa Mérida y que podría, nuevamente, ponerse en práctica en un Plan México. Al menos una de las últimas órdenes ejecutivas de Donald Trump y las declaraciones de John Kelly, titular del departamento estadunidense de Seguridad Nacional, apuntan en ese sentido.

Catástrofe humanitaria

Para Oto Higuita, historiador y articulista en distintos diarios colombianos, el balance que se hace del Plan Colombia se puede resumir en un par de palabras: “catástrofe humanitaria”. Entrevistado desde Medellín por este medio, compartió con Siempre los efectos que ha tenido en su país este tipo de planes. “Apenas vamos a empezar a recuperarnos luego del Plan Colombia”, sostiene.

Oto Higuita

Alerta acerca del costo que tiene para la población acciones de esta naturaleza, de los efectos que se han tenido en la vida cotidiana y de la sociedad dividida que produjeron 18 años de aplicación del Plan.

“El año pasado hubo una cantidad de balances, hechos por instituciones académicas, luego de que se implementó en el año 2000 en el gobierno de Andrés Pastrana. El asunto está en que en términos de víctimas es una catástrofe humanitaria, hablando de que en estos años se produjeron más de 6 millones de víctimas, entendidas éstas como población campesina que fue desplazada forzosamente de sus tierras, principalmente en donde había cultivo de hoja de coca –considerado un cultivo de uso ilícito–, que es la materia prima del narcotráfico para la producción de cocaína. Se calculan 220 mil asesinatos en el país durante el conflicto interno, de los cuales el 80%, de acuerdo al Centro Nacional de la Memoria, son civiles, es decir no combatientes”.

Para Higuita, detrás del plan se ubica la lucha antinarcóticos, una vieja política estadunidense que comenzó con Richard Nixon y que se extendió por el continente, como comenta nuestro entrevistado. “El Plan Colombia, en ese sentido, tiene vínculos con otros planes que se han hecho en el continente como el Plan Cóndor, un plan antiinsurgente, además de planes de la misma naturaleza y de lucha antidrogas que se llevaron a cabo en Centroamérica, o los que ha sufrido México”.

Higuita comenta que el principal resultado de la aplicación del Plan en su nación fue fortalecer a las fuerzas armadas colombianas, pues la erradicación de plantíos de hoja de coca, que en un principio disminuyeron, aumentaron luego de la puesta en marcha del mismo, “fue un juego del gato y del ratón”, agrega para señalar que en realidad el objetivo que se persiguió fue instrumentar “una política contrainsurgente que consistió en entrenar y fortalecer militarmente a las fuerzas armadas colombianas, para combatir a la guerrilla colombiana en especial a las FARC, pero también al ELN”.