Dilma Rousseff amenaza con un golpe de Estado ante su juicio político

La política del partido de los trabajadores de Brasil, Dilma Rousseff, indicó el martes por la tarde que el juicio político en su contra sería un golpe de Estado y propuso un plebiscito sobre la realización de elecciones anticipadas para unir a un país agobiado por la recesión.

La mandataria fue suspendida en mayo a la espera de que el Senado la juzgue por acusaciones de que manipuló las cuentas públicas para ser reelegida en el 2014.

La expectativa general es que sea juzgada y destituida permanentemente del cargo a fines de agosto, según sondeos realizados por periódicos locales a senadores.

“No es legítimo, como quieren mis acusadores, apartar a un jefe de estado y de Gobierno por el conjunto de su obra. Quien aparta al presidente por el conjunto de su obra es el pueblo y sólo el pueblo en elecciones”, dijo Rousseff en un mensaje al Senado.

La líder izquierdista reconoció errores de su gobierno y propuso un pacto que involucraría más diálogo con el Congreso, la sociedad y sectores productivos.

Rousseff pidió a los senadores que no cometan la injusticia de condenarla por un crimen que no cometió, porque sostuvo que los actos de que se le acusan fueron legales.

“Resistí la cárcel y la tortura. Me gustaría no tener que resistir el fraude y la más infame injusticia”, dijo la presidenta.

Muchos especialistas aseguran que este anuncio llega demasiado tarde.

El juicio político (impeachment) al que se enfrenta Rousseff tiene muy pocas posibilidades de ser parado.

Y el intento, algo desesperado, de la presidenta apartada de convencer a algunos senadores con el hipotético anuncio de elecciones a fin de que no voten por su destitución no la salvará, según la mayoría de los especialistas.