Apple a los 40: ¿cómo será la computadora del futuro?

Por Antonio Ruiz Camacho | Desde su fundación el 1 abril de 1976, la empresa de Cupertino ha definido nuestro ideal de tecnología de la computación. ¿Qué nuevos dispositivos nos ofrecerá Apple en los próximos 40 años?

Mi primera computadora fue una Macintosh PowerBook 145 y la compré a inicios de 1993, cuando estaba en la universidad. Tenía un procesador Motorola de 25MHz, 8MB de RAM, un disco duro de entre 40MB y 120MB (no lo recuerdo bien), entrada para floppy disks, monitor en blanco y negro, y pesaba lo mismo que una sandía: 6.8 libras.

En contraste, el laptop en el que estoy escribiendo esto es una MacBook Air de 11 pulgadas de principios del 2015. Tiene un procesador Intel Core de 1.6GHz, 4GB de memoria y dice que pesa 2.4 libras, pero yo siento como si no pesara nada.

¡Qué cambio! ¡Cómo han evolucionado las computadoras!

En realidad no.

Veintidós años de distancia separan a ambas laptops, pero la experiencia que ofrecen las dos es básicamente la misma.

Es cierto, con esa PowerBook del año 93 nunca navegué por Internet, ni edité fotos, ni vi videos, ni compré dos botellas de salsa de guacamole Herdez (que en Austin sólo consigo vía Amazon). Pero el hecho de que hoy pueda ejecutar todas esas tareas, y muchas más, con una computadora del ancho de una libreta Scribe de 100 hojas habla más de la impresionante evolución de los microcircuitos y procesadores y de la transformación cultural que ha supuesto nuestra permanente conexión (inalámbrica) a Internet que de la modernización del objeto conocido como computadora portátil.

Ambas portátiles tienen un monitor, un teclado y, guardada toda distancia, un trackpad. La manera como interactué con la primera es básicamente igual a como lo hago con la segunda. Si hiciéramos una comparación similar entre el mejor celular de 1993 y un iPhone 6S Plus, la diferencia no sería brutal; sería hilarante.

La semana pasada, durante el evento de presentación del iPhone SE y el iPad Pro de 9.7 pulgadas, el presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, inició el evento recordándonos que el 1 de abril la compañía fundada por Steve Jobs, Steve Wozniak y Ronald Wayne cumple 40 años, y mostró un video que resumía, en 40 segundos, el profundo efecto que ha tenido la empresa de Cupertino en la cultura popular de finales del siglo XX e inicios del XXI a nivel mundial.

Al tomar el estrado un poco más tarde, Phil Schiller, vicepresidente de mercadotecnia de Apple, presentó el iPad Pro de 9.7 pulgadas como el dispositivo «que reemplazará a tu computadora». Este nuevo iPad tiene «Hey, Siri», un asistente personal disponible en todo momento al que le puedes pedir cosas mediante comandos de voz, y ofrece una pantalla sensible a la presión e inclinación de un lápiz óptico que, asegura Apple, te hará sentir como si estuvieras escribiendo sobre una hoja de papel. Pero al final del día, el iPad Pro es un dispositivo cuya concepción aún precisa de la incorporación de un teclado físico y del uso de una pantalla física que proyecta imágenes bidimensionales; sigue siendo una pieza de hardware que, aunque sea infinitamente más ligera y delgada que los primeros portátiles, aún pesa y ocupa espacio.

En resumen, el iPad Pro ofrece una experiencia que, en esencia, no supone una ruptura radical con lo que ofrecía la PowerBook 145 de 1993, y los consumidores lo saben.

Nuestra fascinación con las computadoras personales va en declive. La venta de PCs cayó 8.3 por ciento en el cuatro trimestre de 2015 en comparación con el mismo periodo del año anterior, llegando a su nivel más bajo desde 2008. Al mismo tiempo, la venta de tabletas, esos dispositivos que parecía borrarían del mapa a laptops y PCs por igual, sigue en caída libre. En el trimestre que terminó en diciembre, la venta de iPads cayó 24 por ciento hilando dos años de descenso imparable, con todo y que Apple es el líder del sector.

Al mismo tiempo, la venta de dispositivos híbridos, que combinan la portabilidad de un smartphone con el brío de una computadora portátil, va en ascenso, lo que nos indica que los usuarios están listos para algo nuevo, más eficiente y menos estorboso que lo que conocemos hasta ahora.

¿Cuál será ese nuevo dispositivo? ¿Cómo será la computadora del futuro?

Si me aventuro a concebir el laptop del mañana, me lo imagino desapareciendo; es decir, me imagino una experiencia, no un dispositivo — ¿integrado en una pulsera, en un broche, en mi móvil a manera de app? –, que proyectara una pantalla frente a mí y que reprodujera lo que yo necesitara, lo mismo un objeto tridimensional, como una botella de salsa de guacamole Herdez, que imágenes clásicas y bidimensionales, como las de Casablanca, una de mis películas favoritas.

Imagino un dispositivo sin cables ni puertos de ningún tipo, con un teclado virtual que reprodujera la experiencia física de teclear y que fuera realmente inteligente, que de verdad predijera lo que voy a escribir y tuviera la misma exactitud que un teclado físico. Para quienes no requieren de poner todos sus pensamientos por escrito como yo, imagino esta experiencia con la capacidad de poder dictarle cualquier cosa, en cualquier idioma y con cualquier acento, y que ejecutara cualquier orden de inmediato, desde encontrar y abrir un documento hasta tomar un dictado o reproducir una película u ordenar una pizza.

Tras aventarme este ejercicio de imaginación guajira, fui a Google en mi muy tradicional laptop y escribí primero: «computer of the future» y después agregué el término «Apple».

No estaba tan errado. Desde empresas como Microsoft hasta centros de investigación como el MIT están desarrollando prototipos que apuntan al desvanecimiento físico de pantallas y teclados y al adelgazamiento de las laptops a tal punto que no ocupen más de lo que ocupa una hoja de papel o un reloj inteligente. Pero por ahora son sólo eso: prototipos y memorables escenas de ciencia ficción de nuestra infancia.

Apple por su lado parece estar registrando algunas patentes que apuntan también en el mismo sentido, pero aún falta tiempo para que veamos un nuevo dispositivo que haga lucir al iPad Pro como algo obsoleto.

Por ahora me conformo con saber que algunas de las características del laptop de mis sueños ya existen, sólo falta que se combinen todas en un solo dispositivo. La computadora del futuro cercano, si me preguntan, será una mezcla entre el Apple Watch, la bocina Echo de Amazon, el proyector LSPX-P1 de Sony y la tecnología HoloLens de Microsoft.

¿Cuándo llegará? Lo mismo más pronto de lo que nos imaginamos.

Y tú, ¿cómo imaginas la computadora del futuro?