Así es vivir en un pueblo de Alaska infestado de águilas que recorren las calles como si fueran palomas

Bienvenidos a Unalaska, una pequeña localidad pesquera ubicada en una isla en la costa de Alaska. Se trata de un encantador pueblecito pesquero de apenas 550 kilómetros cuadrados en cuyas calles viven 4.300 personas y alrededor de 600 enormes águilas de cabeza blanca.

Si las palomas te parecen una plaga urbana, considera la posibilidad de vivir en un lugar en el que las “palomas” tienen un fuerte pico y garras para desgarrar carne, pesan hasta siete kilos, y miden dos metros y medio de una punta del ala a la otra. Si en Unalaska hay tantas águilas de cabeza blanca es precisamente por la abundancia de restos de peces provenientes de la industria pesquera local, que ha convertido la isla en un paraíso para estas aves.

Se da la circunstancia de que el águila de cabeza blanca, o águila calva es el símbolo nacional de Estados Unidos, y como tal, su caza está estrictamente prohibida por el Bald Eagle Protection Act de 1940. En otras palabras, los habitantes de Unalaska están condenados a convivir con sus vecinos con garras y plumas.
La convivencia suele ser pacífica, aunque los vecinos recomiendan evitar las zonas donde anidan las aves porque las hembras pueden mostrarse violentas si sienten sus crías amenazadas. Muchas parejas de águila han elegido el edificio de correos como lugar para anidar, lo que no pone las cosas muy fáciles. Tampoco se toman con deportividad que te acerques a ellas si están alimentándose, y no las puedes camelar con migas de pan.