Si Trump piensa que los indocumentados son peligrosos, ¿por qué contrató a tantos?
Por Scott Martelle | Por ahora, gran parte de la nación reconoce al presidente Trump como la encarnación de la hipocresía, pero aun así, a veces su flagrante duplicidad necesita ser señalada.
Por ejemplo, Trump ha atacado como candidato y como presidente, a la gente que vive en el país sin permiso, llamándolos violadores y miembros de pandillas violentas.
En 2018, en una reunión con sheriffs y funcionarios de California en la que se discutieron las políticas santuario que varias ciudades y estados han adoptado, el presidente dijo: Tenemos gente entrando al país o tratando de entrar, estamos deteniendo a muchos de ellos, pero estamos sacando a mucha gente del país. No creerías lo mala que es esta gente. Estas no son personas. Estos son animales.
Si los inmigrantes ilegales en EE.UU. son tan violentos y tan peligrosos para la sociedad, ¿por qué los gerentes de Trump National Golf Club en Bedminster, N.J., eliminaron subrepticiamente los nombres de los trabajadores indocumentados de una lista de empleados buscados por el Servicio Secreto?
El New York Times, que en diciembre publicó la noticia de que los gerentes de los clubes de golf contrataron a sabiendas a trabajadores que habían entrado ilegalmente al país (incluyendo a la mujer guatemalteca que hace la cama de Trump cuando él está allí y que recibió un certificado de la Casa Blanca por su servicio «sobresaliente»), informó el 3 de enero que la oficina de recursos humanos del club no incluyó los nombres de los trabajadores que se encuentran en el país ilegalmente, en la lista solicitada por el Servicio Secreto como una precaución de seguridad.
Sin duda esto se debe a que, como parte de la investigación, el Servicio Secreto estaba solicitando números de Seguro Social.
Nada malo le ha pasado al presidente, y espero que nada le pase, pero las revelaciones de que los gerentes de Trump National contrataron a sabiendas a personas que habían entrado al país ilegalmente, incluyendo a una mujer que hizo algunas de las comidas del presidente, y luego escondió su estatus al Servicio Secreto, es el tipo de falla de seguridad que normalmente haría que los conservadores se enojaran.
Y luego está la flagrante hipocresía del presidente que se beneficia de la labor de tales trabajadores mientras se queja de ellos como una amenaza a la seguridad pública.
De hecho, Trump se ha beneficiado antes de la labor de la gente que trabaja en EE.UU. sin permiso, incluyendo clientes de su agencia de modelos y trabajadores polacos que demolieron una tienda para dar paso a su proyecto insignia Trump Towers en Manhattan (Trump pagó casi 1,4 millones de dólares en un acuerdo legal para ese proyecto).
Todavía estoy esperando que Trump nos diga cuáles de los inmigrantes que trabajaban para él después de entrar ilegalmente al país —y cuyos nombres fueron ocultados al Servicio Secreto— eran los violadores y los miembros de las pandillas de las que siempre ha hablado.