Según un estudio, los hombres maduramos hasta 11 años más tarde que las mujeres

Varones, tal vez la siguiente noticia sea un poco difícil de asimilar, tal vez nadie se lo espera, pero un estudio sobre las diferencias en la madurez entre los sexos reveló que tanto hombres como mujeres coinciden en algo: el hombre es ‘inmaduro’ hasta bien entrados los 40 años.

Este estudio fue realizado por el canal de televisión Nickelodeon, en Reino Unido, para marcar el lanzamiento de un nuevo show, Wendell & Vinnie, el cual afirma que los hombres terminan de madurar a sus 40 años; pero ellas no se quedan atrás, ya que el mismo estudio señala que la edad promedio de madurez en las mujeres es a los 32 años.

Pero lo alarmante aquí es lo que ellas piensan, ya que, según el estudio, las mujeres sienten que ciertas actitudes delatan la falta de madurez del varón.

De acuerdo a la encuesta, 8 de cada 10 mujeres creen que los hombres nunca dejan de ser niños, pues actitudes tales como jugar videojuegos todo el día, ordenar comida rápida a cualquier hora, contar chistes y bromas fuera de tono son signos evidentes de inmadurez.

Por esta razón, no es de sorprender que las mujeres se consideren el ‘adulto’ en una relación de pareja. Un cuarto de las encuestadas siente que son ellas quienes toman las decisiones importantes que influyen en los dos, y la mayoría de los hombres estuvieron de acuerdo con esta afirmación. No sólo eso, el 46% siente que juegan el papel de madre de su pareja, lo cual resulta ser abrumador a largo plazo.

Aunque los hechos anteriores pueden sonar mal, no todo está perdido. La inmadurez no debe representar un mayor problema, pues varias personas opinan que la inmadurez es importante, pues asegura la diversión en la relación y mantiene la frescura. Es esta misma inmadurez la que hace que los hombres se lleven bien con los niños.

Así que no todo es malo, si su novia/esposa piensa que ustedes se encuentran estancados en su infancia, recuerden que un poco de diversión mantiene las cosas vivas, pero no caigamos en el cliché del hombre sin palabra y compromiso.