Estados Unidos acusa de narcotráfico al vicepresidente de Venezuela
Por Albinson Linares – WASHINGTON — El Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó el lunes al vicepresidente venezolano Tareck el Aissami como narcotraficante, lo que anula su visa, le confisca propiedades en Estados Unidos y le prohíbe realizar transacciones financieras o comerciales con instituciones estadounidenses.
El venezolano Samark José López Bello, a quien las autoridades estadounidenses identificaron como prestanombres del vicepresidente, también fue designado narcotraficante.
El Departamento del Tesoro publicó en su página web que también aplicará sanciones a 13 empresas controladas por López Bello y otros allegados, que supuestamente conforman una red internacional desplegada por las Islas Vírgenes Británicas, Panamá, el Reino Unido, Estados Unidos y Venezuela.
Las sanciones adoptadas por el gobierno del presidente Donald Trump son las primeras medidas contra funcionarios venezolanos desde que en 2014 su predecesor, Barack Obama, suspendiera visas y congelara activos pertenecientes a siete funcionarios acusados de perpetrar actos de corrupción y violar derechos humanos.
A comienzos de año, el presidente venezolano Nicolás Maduro designó como vicepresidente a El Aissami, quien previamente se había desempeñado como ministro del Interior y gobernador del estado Aragua.
El documento del Departamento del Tesoro asevera que El Aissami facilitó la salida de cargamentos de drogas desde Venezuela, además de “controlar los aviones que salían de una base aérea venezolana, así como el control de las rutas de drogas a través de los puertos de Venezuela”.
Las autoridades estadounidenses aseguran que en sus cargos anteriores, el funcionario “supervisó o participó” en múltiples ocasiones en el traslado de más de 1000 kilos de narcóticos desde Venezuela, incluyendo cargamentos que tenían como destino final a países como México y Estados Unidos.
El Aissami está vinculado a la administración pública venezolana desde 2003, cuando tenía 29 años de edad, y en muy poco tiempo ha llegado a ocupar importantes posiciones como ministro del Interior, gobernador del estado Aragua y la vicepresidencia del país. Su reciente nombramiento como vicepresidente generó mucha polémica porque vino acompañado por la cesión de 15 obligaciones de gobierno, por parte del presidente Maduro, lo que lo convierte en el segundo funcionario más poderoso de Venezuela.
El gobierno estadounidense anunció las medidas después de que un grupo de 34 legisladores le pidiera la semana pasada a Trump que sancione a los funcionarios venezolanos acusados de corrupción y violación de derechos humanos, incluyendo aquellos que se benefician de la aguda escasez de alimentos que padecen los venezolanos.
En 2008, ese departamento designó al exministro de Defensa y actual gobernador del estado Trujillo Henry Rangel Silva, y al exministro del Interior y actual gobernador de Guárico, Ramón Rodríguez Chacín como narcotraficantes por colaborar con la guerrilla colombiana de las Farc.
En 2011, Washington designó como narcotraficantes a cuatro altos funcionarios venezolanos: Amílcar Figueroa, representante de Venezuela en el Parlamento Latinoamericano; al general del Ejército, Cliver Alcalá Cordones; al diputado Freddy Bernal y al funcionario de inteligencia, Ramón Madriz, por colaborar con las Farc y los narcotraficantes. Para 2013 se añadió a la lista a Vassyly Kotosky Villarroel Ramírez, un excapitán de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela.
Desde 2015, Néstor Reverol, actual ministro del Interior, ha sido investigado por fiscales estadounidenses por su vinculación con los carteles del narcotráfico. Ese mismo año, Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), expresidente de la Asamblea Nacional y una de las figuras más importantes del chavismo, también fue investigado por su supuesta vinculación con envíos de drogas a Estados Unidos.
Además en noviembre de 2015, fiscales federales de Manhattan acusaron a dos sobrinos de Cilia Flores, la esposa del presidente Maduro, de conspirar para transportar 800 kilogramos de cocaína a Estados Unidos.