¿A cuánto debería estar el dólar?

Por Enrique Quintana | En diversas ocasiones el gobernador del Banco de México ha señalado que a los niveles actuales nuestra moneda está subvaluada en su paridad contra el dólar, cualesquiera que sean los métodos con los que se hagan los cálculos.
Ayer por la tarde, la divisa norteamericana se cotizaba en 18.54 pesos.

Si tomáramos como referencia el fin del año 2012, cuando el dólar se cotizaba en 12.85 pesos, la depreciación registrada ha sido de 44.3 por ciento.

Uno de los métodos más populares para calcular la subvaluación de una moneda es comparando la depreciación con los diferenciales de precios.

Si en un país la inflación es mayor que en otro, la moneda del primero se debería depreciar contra la del segundo, para que la paridad se mantuviera equiparable.

Si la depreciación fuera mayor al diferencial de precios habría una subvaluación. Si fuera menor, entonces habría sobrevaluación.

La realidad en los sistemas de libre flotación es que nunca hay un equilibrio. Pero la comparación resulta importante para analizar su efecto en la economía.

La inflación en Estados Unidos desde el final de 2012 hasta septiembre pasado fue de 5.1 por ciento. En México fue de 12.2 por ciento. Así que para mantener la misma relación que nuestras monedas tenían al cierre de 2012, el dólar se debería haber encarecido en 6.8 por ciento. Es decir, debería cotizarse en 13.72 pesos.

Sobre la base de los datos anteriores, podríamos considerar que si la subvaluación se calcula contra el final de 2012, ésta puede calcularse en 25.9 por ciento.

En este cálculo, la determinación del punto de partida es crucial. Lo cambia todo.

Si la comparación fuera respecto al nivel de 13.67 pesos que el dólar tenía en diciembre de 2008, tras la crisis, la historia sería diferente porque el diferencial de precios fue de 13.5 por ciento, así que el tipo de cambio de equilibrio hoy sería de 15.51 y la subvaluación de 16.3 por ciento.

¿Qué significa para una economía tener una moneda subvaluada por periodos largos?

Esa circunstancia encarece estructuralmente los bienes y servicios importados, protege el mercado interno y estimula las exportaciones.

Claro que también puede propiciar alzas de precios domésticos durante el proceso de adaptación y pérdidas a las empresas o personas que tengan costos en dólares e ingresos en pesos.

Hay algunas naciones que deliberadamente mantuvieron paridades débiles con objeto de incrementar sus exportaciones, como Japón en alguna época o China más recientemente.

Quien diga que sabe a ciencia cierta lo que va a pasar con la paridad del peso frente al dólar en los siguientes años, o no entiende o simplemente está mintiendo. Hay incertidumbre.

Sin embargo, si la paridad adquiriera estabilidad en algún punto entre los niveles actuales y el 15.51 referido anteriormente, probablemente permitiría alentar el crecimiento de la industria en un contexto de apertura y mayor competencia, al mismo tiempo que proteger un mercado nacional muy apetecible.

Así que si se ve con detalle, no todos son inconvenientes cuando se habla de un dólar caro.

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