Urge la legalización de las drogas

Rubén Aguilar Valenzuela | La iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto con la propuesta de una nueva manera de tratar los temas relacionados con la mariguana lleva meses congelada en el Congreso y pasa lo mismo que otras iniciativas en torno a la problemática de las drogas. Después de relevantes debates en el Senado y la discusión que promovió la presidencia de la República todo sigue igual.

El hecho es que mientras las iniciativas, con propuestas específicas que gozan de consenso entre los especialistas, se han guardado en espera de “mejores tiempos políticos”, en la lógica de los partidos representados en el Congreso, los números de la violencia crecen y la actividad de los grupos del crimen organizado se mantiene en altos niveles de intensidad. El que ahora la legalización no sea un tema de la agenda pública no la hace menos necesaria.

Los que fueran presidentes de Suiza, Ruth Dreifuss; Chile, Ricardo Lagos, y Nigeria, Olusegun Obasanjo recientemente dieron a conocer un texto (Reforma 07.09.16) donde recuerdan que en abril pasado la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS en inglés) “demostró claramente que los consensos basados en la prohibición de las drogas y los enfoques punitivos, que llevan décadas, han fracasado”.

Y lamentan que a pesar de eso “desafortunadamente, en vez de proponer soluciones innovadoras, el documento de resultados de la UNGASS continúa manteniendo estrategias prohibicionistas” y afirman que “el tráfico de drogas y el mercado negro criminal (que tiene un valor de 320,000 millones de dólares y alimenta la violencia, la corrupción y la inestabilidad) son, hasta cierto punto, una consecuencia directa del sistema internacional del control de drogas”.

Los expresidentes proponen que “las políticas de drogas basadas en evidencia, incluyendo la regulación de los mercados de drogas, son el camino a seguir. Porque mientras siga existiendo un mercado negro billonario; mientras que los usuarios y los actores de menor escala en el mercado sean criminalizados y encarcelados; y mientras que el crimen organizado tenga acceso a este atractivo flujo de ingresos, el control de las drogas continuará causando estragos en nuestra sociedad”.

Y añaden que “la estrategia más simplista es continuar sin reflejar las fallas de las décadas de la guerra contra las drogas. El día de hoy es tiempo de reconocer que mientras fallamos en abordar a las drogas correctamente, respetando los derechos humanos y concentrando nuestros esfuerzos en el crimen organizado, el abuso de las drogas y el tráfico ilícito jamás serán vencidos”. En México nunca se va a resolver el problema del crimen organizado mientras no se enfrente, en serio, el tema de la legalización-regulación de las drogas.

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